DArA Galería de Diseño 2021 en Edificio VOLTA
DArA Galería de Diseño: La fiesta del reencuentro, la celebración por los 35 años
Inclusiva, dinámica y con cintura para adaptarse a los imprevistos. Global y con mirada prospectiva. En constante búsqueda y transformación. DArA cumple 35 años y tiene motivos para celebrar.
A lo largo del camino construyó pertenencias y referencias, visibilizó el trabajo de profesionales y apoyó los desarrollos locales. Lo hizo con una mirada abierta que contempló el abordaje multidisciplinario. Hoy, el mapa de DArA cuenta con interioristas, paisajistas y arquitectos. También con artistas visuales, fotógrafos, ceramistas, escultores, estilistas, diseñadores textiles y gráficos. Un auténtico Atlas que refleja las variaciones del paisaje, las marcas en el territorio de un sector en crecimiento.
Potenciar la calidad de la experiencia es parte del adn de DArA , que supo ser refugio y compañía, plataforma de capacitaciones y ventana hacia las tendencias internacionales. El encierro no hizo más que fortalecer las estrategias para seguir tejiendo la trama. Gestionar la incertidumbre y sostener los intercambios en los distintos formatos fue clave para acompañar. Charlas, conferencias, vivos, talleres, newsletters, entrevistas a referentes del exterior. Formatos que moldearon los días inciertos y reforzaron el arraigo entre los asociados que hoy celebran el reencuentro.
Construir comunidad en este contexto vale doble. Con la impronta colaborativa como combustible en 2021 se activaron las redes y se abrió un universo de posibilidades. El engranaje está aceitado, funciona porque hay un equipo detrás que empuja hacia la misma dirección, la de darle visibilidad a la creatividad local. Desde los pioneros hasta las nuevas incorporaciones, desde los fundadores que hace 35 años plantearon la necesidad de nuclearse hasta las nuevas voces emergentes que se suman al proyecto. La Galería de Diseño 2021 es pura sinergia. Refleja el diálogo entre generaciones, la articulación y transmisión de saberes. Repasa la memoria emotiva de la comunidad de diseño.
El balance del año resulta a favor. Se logró la construcción de una narrativa donde el bienestar estuvo en el centro de la escena. Poner el foco en las necesidades que surgieron a partir de las nuevas formas de habitar permitió esbozar el diseño del presente y delinear el futuro del diseño. ¿Cómo nos relacionamos puertas adentro? ¿Qué tipo de entornos queremos? ¿Cómo incorporamos la Naturaleza a los interiores? Las preguntas fueron apenas los disparadores de una colección de respuestas que se tradujeron en luminarias, equipamiento, mobiliario, objetos y dispositivos adaptados a una agenda imprevisible, con vida propia. Reconfigurados para atravesar el hoy y pensados para perdurar en el tiempo.
La evolución del espacio doméstico y nuestro vínculo con los objetos cotidianos es el eje que atraviesa el día a día de quienes vibran con el diseño. La pandemia no hizo más que reafirmar esta compulsión por desarrollos donde los atributos estéticos ya no ocupan el primer puesto del ranking. Aspectos como la durabilidad, la ergonomía, la flexibilidad y la relación con el espacio surgen como cualidades específicas en el entramado de profesionales que supo catalizar la situación.
El filósofo Byung-Chul Han plantea en su último libro No-Cosas. Quiebres del mundo de hoy (Ed. Penguin Random House) que la información digital sustituye a la memoria sin demasiado esfuerzo. Sugiere que nuestra relación con las extensiones digitales cada vez protagoniza más nuestras horas y empaña sistemáticamente el contacto con los objetos, nuestros compañeros de ruta. El metaverso trae con sus likes un cambio de paradigma. Los diseñadores asumen el desafío de nutrir su caja de
herramientas para recuperar el contacto con nuestras cosas, las que nos hacen bien, los muebles que nos contienen y contienen a nuestros objetos preciados. Segundas pieles que nos abrazan cuando nos hundimos en sus estructuras, nos sostenemos o nos apoyamos.
DArA deja su huella, crece y evoluciona. Con el usuario en el centro de esta coreografía de tipologías, texturas y emociones. Con el diseño como motor de un merecido reencuentro.